Descripción geográfica del municipio de Calvià.
El municipio de Calvià se localiza en el oeste de Mallorca conformando, con el municipio de Andratx, la península occidental de Mallorca que, históricamente, se ha denominado el Pariatge. Se trata de una zona vecina a la capital, Palma, que hasta la llegada del turismo de masas se configuró como un, área agrícola marginal dentro del conjunto de la isla, hasta tal punto que, ni Jovellanos la cita en su descripción de Mallorca, ni la mayor parte de los viajeros del siglo XIX, que escribieron libros de viaje, tienen a bien mencionarla.
Inicialmente, este municipio estaba formado por dos pequeños núcleos rurales: Calvià y Es Capdellà. Sin embargo, a partir de los años 60 del siglo XX se transformará, con la llegada del turismo, en el segundo municipio balear por población y en un fuerte motor económico, poblacional y turístico, dentro del conjunto de las Islas Baleares.
Geográficamente, el municipio de Calvià está formado por las estribaciones occidentales de la Serra de Tramuntana que llegan hasta el mar, configurando al mismo tiempo la zona noreste de la Bahía de Palma. Todo ello conforma una de las costas más recortadas y largas de Mallorca con 39 km de longitud. La supercie total de Calvià es de 145.52 km2. , lo que lo sitúa, por extensión, entre los grandes municipios de Mallorca. Calvià limita con los términos de Palma, Puigpunyent, Estellencs y Andratx. Desde el año 2009 su población de derecho supera los 50.000 habitantes, que se reparten entre sus 28 núcleos de población.
Al formar parte de la Serra de Tramuntana, la orografía del municipio está compuesta por dos sierras en dirección norte-sur y los valles que generan. En el área noroeste nos encontramos con una serranía compuesta por el Puig del Galatzó y Sa Mola de s’Esclop, , el Puig Batiat, Ses Rotes Velles y el Garrofer, que llega hasta el mar en la zona de Peguera y Cala Fornell. En la zona este discurre una seguna sierra formada por el Puig del Galatzó, Es Burotell, la Serra de Son Camps y la Serra de na Burguesa.
En el valle originado por las dos serranías nos encontramos con las tierras más fértiles, dedicadas tradicionalmente a la agricultura. Es en su parte norte donde se asientan los dos núcleos tradicionales del término: Calvià y Es Capdellà. En definitiva, tenemos un municipio que combina elevaciones montañosas que llegan hasta el mar y conforma valles que discurren de norte a sur y una costa muy recortada, con calas, playas, acantilados y abundantes islotes que acogen una amplia riqueza ecológica, entre los que podemos destacar, la Illa de Sa Torre, sa Porrassa, Sa Caleta, les illles de les Malgrats, etc.
Geomorfología:
Las alineaciones orográficas de la comarca presentan una serie de dislocaciones con una estructura de escamas y corrimientos de elevada importancia. El predominio de las calizas en la isla, con una importante presencia del karst, hace que se desarrollen poljes rellenos de tierra roja, lapiaz y dolinas. En los llanos se han generado una serie de valles de origen torrencial y junto a los escarpes de las montañas, extensos ejemplares de glacis de erosión.
Los plegamientos están, en general, dirigidos de SE a NW, con el frente abrupto en la parte costera, mientras que por la vertiente sur, la montaña presenta una forma suave con abundancia de vegetación.
Al pie de las montañas, especialmente en el sector Calvià-Puigpunyent, tenemos también una serie de formas típicas de glacis de erosión. En ellos, y en otros sectores, el desgaste ha representado un importante papel excavando sus cauces. Las tierras de labor solamente llegan hasta donde empieza el glacis.
Finalmente, quedan unas extensiones considerables, originarias del Cuaternario, que abarcan la península de Cala Figuera, y que están formadas por aluviones, rasas y antiguas playas, junto a otros sedimentos modernos, siendo los relieves que sobresalen antiguas dunas consolidadas. Los aluviones han dado lugar a los acantilados de Portals Nous y Penyes Rotges, originados por la erosión marina. Las rasas provenientes de antiguas playas de transgresiones marinas son muy frecuentes en el área. Las dunas consolidadas recubren en Portals Vells y Cala Figuera a los materiales de estructura. Estas dunas fueron aprovechadas para la explotación de sillares, como lo refleja la existencia de canteras abandonadas.
Climatología:
En términos generales, el municipio de Calvià presenta un clima de carácter mediterráneo oceánico, carcterizado por ser un clima templado, con inviernos muy suaves, donde las temperaturas por debajo de los 0º grados son poco frecuentes y los veranos son cálidos y secos. La media de temperaturas corresponden a 27ºC en verano y 14ºC. en invierno.
El municipio de Calvià tiene una distribución de lluvia muy irregular. Los totales anuales de precipitación van desde un mínimo de 313,54 mm en la estación del Faro de Cala Figuera, la punta más saliente por el sur, hasta un máximo de 863,48 mm en la extremidad norte del municipio. En general, las precipitaciones van aumentando progresivamente en dirección norte, según nos adentramos en la Serra de Tramuntana.
La causa de estos contrastes tan fuertes entre zonas a sólo algunos kilómetros de distancia es la desigualdad topográfica del municipio. El régimen de las lluvias obedece a dos tipos de precipitaciones, cuyo origen es diverso. Unos son los chubascos de inestabilidad y las otras las lluvias ciclónicas. Los primeros suelen ocurrir cuando se presentan algunas tormentas de verano, producidas por la inestabilidad del aire mediterráneo ocasionada por el prolongado calentamiento de las capas inferiores en contacto con la tierra y por la continuada absorción de humedad del mar. Las demás lluvias son debidas a perturbaciones ciclónicas y exigen masas de aire extra-mediterráneas. La temporada lluviosa empieza de manera brusca con chubascos fuertes y a menudo tormentosos. Esta temporada se inicia a finales de agosto o principios de septiembre y se prolonga hasta finales de diciembre. Octubre es el mes más lluvioso del municipio. A continuación de las lluvias otoñales, siguen las de invierno, mucho más moderadas y de larga duración. Estas lluvias invernales se ven interrumpidas en enero, pues en este mes suele predominar un régimen anticiclónico que reduce su presencia. Después de este lapsus la lluvia aparece, con una ligera subida de precipitaciones, en los meses de febrero y principios de marzo. En primavera vuelven los chubascos aunque con menos violencia que los de otoño, entrando después de ellos en la sequedad del verano.
Paisaje.
En el municipio de Calvià encontramos un paisaje muy diverso, que va desde la línea de costa, pasando por un valle central, hasta los 1.000 metros de altura, en las montañas de s’Esclop y el Puig de Galatzó.
Si empezamos por la costa, en la marina de Cala Figuera el sustrato es muy permeable lo que, unido a la escasa pluviometría, provoca unas condiciones de aridez muy acusadas. Esta zona está dominada por las comunidades de brezo y romero, cubiertas por una densa masa de pinar, destacando la presencia de sabinares litorales.
En el contacto entre la marina y la parte central del municipio existieron dos zonas húmedas, que constituyen otro modelo de paisaje bien diferenciado: el prat de Magaluf y el salobrar de Santa Ponça. Sólo nos queda algún vestigio del primero, donde aún podemos observas zonas con una vegetación adaptada a condiciones de elevada salinidad como, por ejemplo, las plantas de los géneros Sarcocornia, Arthrocnemum, Suaeda y Salsola y zonas húmedas y menos salinas con presencia de cañizares (Phragmites australis) y hierba del cólico (Inula crithmoides).
Hacia el norte, en la parte central del municipio y especialmente alrededor de los núcleos urbanos, el terreno cambia sensiblemente, con suelos más profundos en los que abundan sustratos margosos (de coloración blanquecina), más blandos y no muy permeables. La coincidencia de estas circunstancias, con unas precipitaciones más considerables, provoca unas condiciones de mayor humedad, que permite el crecimiento de bosques de encinas (Quercus ilex) y pinares, que muchas veces presentan un sotobosque muy espeso en el que proliferan los madroños (Arbutus unedo), las coscojas (Quercus coccifera), el lentisco (Pistacia lentiscus), las estepas (Cistus sp.), etc. Este área es una de las zonas con mayor presencia de tortuga mora (Testudo graeca) y conforma una de las particularidades biogeográficas más notables del municipio.
El paisaje se convierte en un mosaico en el que se alternan los cultivos que ocupan el fondo de los valles, especialmente los de secano y en las laderas y en las cimas de las montañas abunda la maquia de acebuche intercalada con pinos de alepo. Como nota de contraste aparecen pequeñas áreas de regadío no demasiado alejadas de los torrentes. En estos parajes sobresale la presencia de una vegetación ligada a los cursos de agua. Destaca el tramo final del torrente de Santa Ponça, donde aparece un bosque de ribera con especies caducifolias como los fresnos, olmos y chopos, junto a espesos cañizares y mirtos.
El extremo norte del municipio, alrededor del Puig de Galatzó y la Mola de s´Esclop presenta ya las características típicas del paisaje de la parte más elevada de la Serra, con la ausencia de arbolado y con grandes extensiones de roca calcárea colonizada por las formaciones de garrigas de montaña mallorquina, destacando la presencia de carrizales (Ampelodesmos mauritanica), palmitos (Chamaerops humilis) y cojinetes espinosos (Teucrium balearicum y Astragalus balearicus). La composición calcárea de los terrenos ha favorecido la presencia de importantes formas de relieve cárstico, con cuevas y algunas simas, especialmente abundantes en la Sierra de Na Burguesa