La Posidonia oceanica es una planta fanerógama capaz de cubrir grandes extensiones de fondo marino. Se trata de una especie endémica del Mediterráneo, que forma uno de los hábitats más biodiversos del mundo. Además, se trata de uno de los seres vivos más longevos del planeta.

Su cuerpo está formado por hojas en forma de cinta, que pueden llegar a los 2 metros, y un sistema enterrado compuesto por rizomas que le permite fijarse al fondo.

Las hojas de desarrollan verticalmente para la captación de más oxígeno, mientras que los rizomas crecen horizontalmente para colonizar nuevas superficies, alrededor de un metro cada 10 o 20 años. Las hojas están sometidas constantemente a los embates de las olas, encontrándose la mayor parte del tiempo en movimiento además de ser depredadas por peces y erizos de mar. Los rizomas forman un entramado mucho más estable y grueso, variando en forma y diversidad anexa según el fondo en el que se encuentra.

En zonas donde el hidrodinamismo de las corrientes es alto, se sitúa en fondos poco profundos y sobre sustratos duros, capaces de aguantar el fuerte oleaje. En cambio, en zonas más profundas y no tan sometidas a la fuerza de las corrientes se sitúa sobre fondos blandos y arenosos. Los individuos se encuentran anclados al fondo, en profundidades comprendidas desde pocos metros hasta los 50 o 60 metros. Aunque este factor varía según la calidad y transparencia del agua, esta especie es un excelente bioindicador de alta calidad ambiental. Alberga gran cantidad de especies de todos los órdenes, como caballitos y erizos de mar, nacras, cangrejos, sepias o rayas.

Se reproduce una vez al año, no de forma regular, y en condiciones de temperatura y salinidad óptimas (no tolera niveles altos de salinidad). Es capaz de producir flores que darán lugar a frutos del tamaño de una aceituna, este son liberados discurriendo por las corrientes hasta que se anclan al fondo, formando una nueva colonia de individuos.

Actualmente se encuentra en importante regresión debido a factores antrópicos como la contaminación, la pesca de arrastre o el anclaje de pequeños y grandes barcos sobre las praderas.