


Camino muy agradable, apto para todos los públicos, con pocos desniveles, que discurre bordeando la carretera que une Peguera, población turística, con el pueblo de Es Capdellà. A lo largo del itinerario disfrutaremos de una gran variedad de paisajes, como pinares, campos de cultivo o el torrente des Gorg. El itinerario finaliza en el pueblo de Es Capdellà, cuyo origen está vinculado con las casetas de los jornaleros agrícolas que trabajaban en las possessions vecinas de Galatzó, Son Hortolà y Son Vic Vell.
Ya nada más comenzar a atravesar las rotondas para llegar al inicio del camino, encontramos algunas áreas de campos de herbáceas que durante el otoño y el invierno acogen buenas cantidades de lavandera blanca (Motacilla alba), colirrojos tizones (Phoenicurus ochruros) y estorninos pintos (Sturnus unicolor).
Una vez que nos hemos situado y posicionado en el camino, siempre vallado a baja altura a ambos lados y ya sin pérdida posible hasta Es Capdellà, se van sucediendo cultivos arbolados donde es relativamente fácil descubrir al escribano soteño (Emberiza cirlus), a los abundantes zorzales comunes (Turdus philomelos) o al cernícalo vulgar (Falco tinnunculus) y zonas de campos de herbáceas con algo de ganadería ovina, donde las garcillas bueyeras (Bubulcus ibis), bisbitas comunes (Anthus pratensis) y pequeños bandos de diferentes fringílidos y gorriones comunes (Passer domesticus), se unen a perdices rojas (Alectoris rufa) y abubillas (Upupa epops) en la búsqueda de alimento.
Diversas manchas de pinar de pino blanco (Pinus halepensis) salpican el itinerario y es aquí donde descubriremos al reyezuelo listado (Regulus ignicapilla), al pinzón vulgar (Fringilla coelebs) y entre los arbustos a los incansables mosquiteros comunes (Phylloscopus collybita) o al acentor común (Prunella modularis).
Más adelante, encontramos algunos campos de frutales bien trabajados y cuidados, así como una pequeña acequia que guarda en sus orillas una buena cobertura vegetal incluso algunas cañas y que le sirve de cobijo al ruiseñor bastardo (Cettia cetti), a la lavandera cascadeña (Motacilla cinerea) y a un sin fin de pequeños pajarillos que aprovechan las aguas de esta acequia para saciar su sed.
Entre tanto mosaico de hábitat y con terrenos tan abiertos, al menos fuera de las zonas de pinar, no podían faltar el águila calzada (Hieraaetus pennatus) o el halcón peregrino (Falco peregrinus) que hacen de esta zona uno de sus territorios de caza durante el invierno.
Ya en el último tercio del recorrido y poco antes de entrar en el bosque de pinar que nos lleva al pueblo de Es Capdellà, se ve a la izquierda una gran possesió mallorquina, llamada Son Vich Vell y que si miramos con tranquilidad mantiene incluso algún viejo balcón. También sus campos de cultivo están bien cuidados y podemos descubrir en ellos a la tarabilla común (Saxicola torquata), al buitrón (Cisticola juncidis) o a los verdecillos (Serinus serinus) alimentándose en estos campos.
El final del itinerario se inclina un poco, pero con pendientes muy suaves entre un pinar donde en invierno abundan las currucas capirotadas (Sylvia atricapilla) y los carboneros comunes (Parus major).
Como valores patrimoniales, destaca la possessió de Son Vic Vell, con una torre de defensa datada en 1547, un granero del diezmo, vinculado al cobro y almacenamiento del diezmo en la época medieval y la Torre d'en Boira, una antigua torre-vivienda, fechada a partir del s. XIV, que tenia como objetivo defender a la población de la isla ante posibles saqueos piráticos.