Conjunto etnográfico, situado en la Finca Pública Galatzó formado por dos unidades: una sitja y una barraca de carbonero, cuya funcionalidad estaría relacionada con la explotación de los recursos forestales para la obtención de carbón vegetal, una de las actividades artesanales más desarrolladas en la Serra de Tramuntana hasta que, a mediados del siglo XX, la generalización del gas fue desplazando progresivamente al carbón como principal fuente de energía para cocinar y calentar los hogares. Sorprende la ubicación de ambas unidades, puesto que se hallan en medio de un desfiladero, a unos 50 metros del camino del Itinerario de la Mola de s’Esclop, en una zona en la
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Conjunto etnográfico, situado en la Finca Pública Galatzó formado por dos unidades: una sitja y una barraca de carbonero, cuya funcionalidad estaría relacionada con la explotación de los recursos forestales para la obtención de carbón vegetal, una de las actividades artesanales más desarrolladas en la Serra de Tramuntana hasta que, a mediados del siglo XX, la generalización del gas fue desplazando progresivamente al carbón como principal fuente de energía para cocinar y calentar los hogares. Sorprende la ubicación de ambas unidades, puesto que se hallan en medio de un desfiladero, a unos 50 metros del camino del Itinerario de la Mola de s’Esclop, en una zona en la que el grado de erosión del suelo es muy alto y, por tanto, su potencialidad agrícola es muy baja. Podemos ubicar cronológicamente este conjunto en un momento impreciso entre los siglos XVII e inicios del XX.
La sitja, plataforma sobre la que se colocaba la pila de leña que se iba a quemar para convertir en carbón, tiene un diámetro aproximado de 9.60 m. Aparece delimitada en su cara norte por un muro de contención realizado con la técnica de piedra en seco, de menos de 1 metro de altura, construido para salvar la pendiente. El sitger o pavimento de la sitja está compuesto de tierra compactada con piedrecillas.
A escasos metros de la plataforma se localizan los restos de la barraca que servía de refugio temporal a los carboneros durante los meses que duraban las tareas de obtención del carbón. Presenta planta circular, de 2.52 metros de diámetro, con la puerta de acceso orientada hacia el este, donde se ubica la sitja. En la cara oeste, el muro aprovecha la pendiente del terreno, recortándola y adosándose a ella, al tiempo que aprovecha la roca natural de la misma como base de la pared. La construcción está realizada empleando la técnica de piedra en seco, a partir de piedras calcáreas procedentes del entorno inmediato, tal y como era habitual en este tipo de edificaciones.
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Información en Catálogo (PGOU)
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