Caseta ubicada en la cima de la Mola de s’Esclop, a 926 m de altura, en la Finca Pública Galatzó. Fue construida en el año 1808 para el físico francés François Aragó. Nacido en el Rosellón francés, este estudioso fue a Galatzó en la primavera de 1808 para llevar a cabo mediciones sobre el meridiano de París. Para ello, se instaló en la cima de s’Esclop, donde mandó levantar una caseta de planta rectangular, construida con la técnica de pedra en sec, en la que resguardarse y poder realizar sus trabajos. El rasgo más destacado de la construcción es el gran vano de acceso a la vivienda situado en la pared que se orienta hacia la isla de la Dragonera. 

El año 1808 fue una época convulsa para España, debido a la guerra con Francia. Es en este contexto en el que se ambienta la leyenda de Aragó, que cuenta cómo el científico estaba trabajando en la cima cuando, el 27 de mayo de ese mismo año, llegaron a Mallorca las noticias sobre el levantamiento contra las tropas de Napoleón. Estos hechos, junto a la decisión del oficial napoleónico Berthémei de trasladar a la armada francoespañola de Mahón a Tolón, indignaron a la opinión pública, que se levantó contra el oficial y cuanto francés hubiera en Mallorca.

Los trabajos que estaba realizando Aragó en lo alto de la montaña de s’Esclop, en los que empleaba utensilios ópticos, sirvieron como excusa para que fuera calificado como espía de Napoleón y, por ello, se movilizó a un grupo armado para arrestarle.

François fue avisado por la población y, con el fin de pasar inadvertido, se disfrazó con ropas tradicionales mallorquinas y abandonó rápidamente la cima de s’Esclop. Por el camino, se topó con la expedición que iba en su búsqueda. Sin embargo, los conocimientos de mallorquín de Aragó le permitieron pasar inadvertido y pudo continuar su ruta de huida hacia Palma de Mallorca.  

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