El Parque Arqueológico del Puig de sa Morisca, ubicado en Santa Ponça, incluye, en sus 45 ha de extensión numerosos yacimientos arqueológicos, pero también en el Parque se pueden observar 9 conjuntos etnográficos, seis barracas de roter y tres conjuntos de carboneros, que evidencian la intensa explotación forestal que en esta área se realizó hasta la primera mitad del siglo XX.
La obtención de carbón vegetal fue una de las actividades artesanales más desarrolladas en la Serra de Tramuntana hasta que, a mediados del siglo XX, la generalización del gas fue desplazando progresivamente al carbón como principal fuente de energía para cocinar y calentar l
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El Parque Arqueológico del Puig de sa Morisca, ubicado en Santa Ponça, incluye, en sus 45 ha de extensión numerosos yacimientos arqueológicos, pero también en el Parque se pueden observar 9 conjuntos etnográficos, seis barracas de roter y tres conjuntos de carboneros, que evidencian la intensa explotación forestal que en esta área se realizó hasta la primera mitad del siglo XX.
La obtención de carbón vegetal fue una de las actividades artesanales más desarrolladas en la Serra de Tramuntana hasta que, a mediados del siglo XX, la generalización del gas fue desplazando progresivamente al carbón como principal fuente de energía para cocinar y calentar los hogares.
Los carboneros hacían el carbón en las sitjas, en el Puig de Sa Morisca se conservan tres plataformas de planta circular sobre las que se depositaba la leña que posteriormente se iba a quemar y convertir en carbón. Para realizar esta actividad se empleaban los recursos del entorno, manteniendo cierto equilibrio entre la explotación y la regeneración del medio. El oficio de carbonero era duro. Se transmitía de generación en generación y se realizaba entre la primavera y el verano. Como la tarea duraba unos cuantos días y necesitaba ser vigilada constantemente, cerca de la sitja, el carbonero solía construir una barraca donde vivía mientras duraban las tareas de obtención del carbón. En el Parque encontramos dos barracas asociadas a una sitja en el Conjunto del poblado del Puig de sa Morisca. Sus principales rasgos arquitectónicos consisten en el empleo de materiales del entorno y su escaso tratamiento, ya que ambas se encuntran realizadas empleando la técnica de pedra en sec. La cubierta solía estar realizada con troncos que descansaban sobre los muros y, sobre esta estructura, se disponía un techo de carrizo que aislaba el interior de la lluvia. Ambas se encuentran restauradas.
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Información en Catálogo (PGOU) Sitja Santa Ponça 20
Información en Catálogo (PGOU) Sitja Puig de sa morisca
Información en Catálogo (PGOU) Conjunto etnográfico del Puig de sa Morisca
Ficha del elemento
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