En el municipio de Calvià contamos con un buen número de canteras de arenisca, que son el reflejo de un oficio que actualmente ha desaparecido, pero que durante muchos años proporcionó el material necesario para la construcción de edificios tan singulares como la Catedral de Palma o la Lonja, entre otros. Desde la Edad Media hasta el siglo XVIII, la extracción de este material se realizó o bien en un lugar próximo a la obra o bien en emplazamientos cercanos a la orilla del mar, con el objetivo de facilitar su transporte, hacia su destino final, que era principalmente la ciudad de Palma. A partir del siglo XVIII, a medida que mejoraba el transporte terrestre, empezó a aumentar el númer
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En el municipio de Calvià contamos con un buen número de canteras de arenisca, que son el reflejo de un oficio que actualmente ha desaparecido, pero que durante muchos años proporcionó el material necesario para la construcción de edificios tan singulares como la Catedral de Palma o la Lonja, entre otros. Desde la Edad Media hasta el siglo XVIII, la extracción de este material se realizó o bien en un lugar próximo a la obra o bien en emplazamientos cercanos a la orilla del mar, con el objetivo de facilitar su transporte, hacia su destino final, que era principalmente la ciudad de Palma. A partir del siglo XVIII, a medida que mejoraba el transporte terrestre, empezó a aumentar el número de pedreras localizadas en el interior de la isla.
La piedra arenisca, denominada en Mallorca y Menorca marés, es una roca sedimentaria arenosa, cuyo origen se relaciona con unos depósitos de arenas marinas consolidadas en el periodo Cuaternario y está formada por granos de cuarzo, fragmentos de conchas, organismos marinos, algas, etc., todo ello compactado, generalmente por carbonato de calcio.
Hasta mediados de los años 40 del siglo XX, el trabajo de extracción de la piedra arenisca se realizó manualmente. Esta labor conllevaba dos operaciones: por una parte, la extracción de la piedra de la cantera, llevada a cabo por los trencadors, y, por la otra, el labrado y tallado, fase en la que los apanyadors daban las medidas y formas justas a los bloques.
Las tareas de extracción de la piedra arenisca debían llevarse a cabo durante los periodos de buen tiempo, debido tanto al transporte, que se realizaba por mar, como a las dificultades del trabajo propiamente dicho.
La evidencia material de todo este proceso queda reflejado en las costas del sur y suroeste de la isla de Mallorca, en forma de las trazas rectangulares talladas en la roca, negativas de los bloques extraídos, que conforman un paisaje característico de muchas playas del litoral. El término municipal de Calvià cuenta con tres ejemplos catalogados representativos de este tipo de explotaciones: la cantera de Cala Figuera, la cantera de Cala Vinyes y la cantera de Portals Vells.
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