lSa Mesquida es el único yacimiento de origen romano documentado en el término de Calvià. Se sitúa en la bahía de Santa Ponça, a unos 450 m de la actual línea de costa y a unos 10 m de altura sobre el nivel del mar. Se accede a él desde el parking del supermercado Eroski.
La importancia del yacimiento de Sa Mesquida es capital, ya que es la primera villa romana identificada en Mallorca y en ella se documentó, por primera vez, un horno dedicado a la producción cerámica, confirmando durante esta época la actividad alfarera en la isla.
En 1984 se iniciaron las primeras excavaciones arqueológicas con carácter de urgencia, debido a la construcción de un cen
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lSa Mesquida es el único yacimiento de origen romano documentado en el término de Calvià. Se sitúa en la bahía de Santa Ponça, a unos 450 m de la actual línea de costa y a unos 10 m de altura sobre el nivel del mar. Se accede a él desde el parking del supermercado Eroski.
La importancia del yacimiento de Sa Mesquida es capital, ya que es la primera villa romana identificada en Mallorca y en ella se documentó, por primera vez, un horno dedicado a la producción cerámica, confirmando durante esta época la actividad alfarera en la isla.
En 1984 se iniciaron las primeras excavaciones arqueológicas con carácter de urgencia, debido a la construcción de un centro comercial que podía poner en peligro los restos arqueológicos. Desde entonces y hasta junio de 2010, se han ido realizando múltiples campañas de excavación dirigidas desde la Universidad de Granada y la Universidad de Barcelona. Actualmente, el yacimiento se encuentra asimilado al Parque Arqueológico del Puig de sa Morisca.
Basándonos en todos los trabajos realizados, puede decirse que este yacimiento romano está formado por dos espacios diferenciados, tanto en términos cronológicos como funcionales. Por un lado, las estructuras arquitectónicas asociadas a la villa, que se ubican en el solar contiguo al hipermercado, y por otro, una cisterna situada en las proximidades y reutilizada como basurero en época tardorromana.
En la zona del supermercado se han localizado una serie de habitaciones rectangulares y cuadradas asociadas a un patio descubierto, donde se sitúa el brocal de un pozo de 4 m de profundidad. Relacionada con una posible habitación no conservada, se ha documentado una cubeta destinada a la transformación de algún tipo de producto, tal vez sería un depósito empleado para el tratamiento de las arcillas.
Los restos arquitectónicos encontrados en Sa Mesquida se asimilan a un establecimiento rural del que se desconoce su alcance real, puesto que una buena parte del mismo se ha perdido. En todo caso, su adscripción a una villa permite apuntar que, presumiblemente, el yacimiento se habría estructurado a partir de una pars urbana o zona de residencia, no conservada, donde se concentrarían las construcciones de mayor riqueza decorativa. Por otro lado, existiría una pars rustica, constituida por las estancias de los esclavos y el personal vinculado a la gestión de la explotación.
Finalmente, la villa contaría con una pars fructuaria, donde estarían las instalaciones de almacenaje y procesamiento de la producción: prensas de aceite o de vino, almacenes varios, hornos, establos, etc. Los restos localizados corresponden, sin duda, a la pars rustica y/o pars fructuaria, donde se concentrarían las actividades de explotación de los recursos. Sin embargo, existe la posibilidad de que se tratara de un asentamiento rural menor, que no siguiera el esquema clásico de este tipo de explotaciones y cuyos espacios funcionales quedaran más concentrados.
Los períodos de ocupación más antiguos del asentamiento se sitúan entre el cambio de era y el siglo II d.C., en el cual se han constatado los niveles de destrucción y de abandono de las estructuras de habitación.
Los restos materiales recogidos en las distintas excavaciones son muy numerosos y muestran la realidad cotidiana de un asentamiento rural de estas características. Por un lado, numerosas ánforas y envases demuestran la gestión y conservación y almacenaje de alimentos. Por otro lado, un importante conjunto de vajillas procedentes de todo el Mediterráneo, proporciona una buena visión del comercio marítimo durante la Antigüedad Tardía y permite descartar la idea de que durante esta época las Baleares estuvieran aisladas, fruto de la caída y la crisis del mundo romano.
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