Esta pequeña rapaz es una experta en cazar en el interior de zonas boscosas, en ocasiones bien densas. Su morfología está perfectamente adaptada, con alas cortas y redondeadas que junto a una cola larga y ancha, dan una alta maniobrabilidad incluso volando a velocidades importantes.

De hecho, la gran mayoría de las ocasiones lo vemos como un fantasma volando entre el arbolado a gran velocidad y desapareciendo de nuevo en la espesura. Sólo es posible disfrutar de su observación durante varios minutos cuando ciclea en lo alto aprovechando alguna térmica. En estas ocasiones podremos incluso conocer el sexo del ave que vemos, pues la diferencia de tamaños entre el macho y la hembra es apreciable, siendo más robusta la hembra.

En Baleares es migrante e invernante en todas las islas mayores.

EL GAVILÁN COMÚN EN CALVIÀ: Sin llegar a ser una especie abundante no es raro en las zonas arboladas del municipio, especialmente en la mitad norte.

Pinares como los del itinerario de la Península de Cala Figuera, el camí de ses Sinies en la finca de Galatzó o los de Na Burguesa desde Bendinat y el Coll de sa Creu, deberían permitirnos ocasionalmente detectar a esta escurridiza especie.

No obstante cabe recordar que no resulta un ave sencilla de observar.

LAS MEJORES ÉPOCAS PARA OBSERVARLO: En el municipio las citas se acumulan durante la época invernal y existen pocas de los pasos migratorios.

Los meses de Diciembre, Enero y Febrero parecen los que mayor probabilidad nos dan de observar a esta especie aunque sea en sus fugaces vuelos de caza. Quizás el azar nos sorprenda y nos permita verle posado en la rama de un pino o una encina, esperando a que algún desprevenido pajarillo se ponga a tiro de garras.