Entre las aves más pequeñas del Paleártico occidental se encuentra el buitrón. Restringido casi en exclusiva a la vertiente mediterránea de Europa, aunque con poblaciones en la vertiente francesa y española del Atlántico. Es una de las aves más comunes en terrenos herbáceos, ya sean cultivados o abandonados, siempre que el estrato arbustivo no haya invadido por completo los terrenos agrícolas en desuso.
Su identificación es relativamente fácil, tanto visual como auditivamente, debido en primer lugar a lo confiado de su comportamiento y en el segundo, a su habitual vuelo en círculos con sus altibajos en vuelo emitiendo su “ziippp.....ziippp” cada vez q
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Entre las aves más pequeñas del Paleártico occidental se encuentra el buitrón. Restringido casi en exclusiva a la vertiente mediterránea de Europa, aunque con poblaciones en la vertiente francesa y española del Atlántico. Es una de las aves más comunes en terrenos herbáceos, ya sean cultivados o abandonados, siempre que el estrato arbustivo no haya invadido por completo los terrenos agrícolas en desuso.
Su identificación es relativamente fácil, tanto visual como auditivamente, debido en primer lugar a lo confiado de su comportamiento y en el segundo, a su habitual vuelo en círculos con sus altibajos en vuelo emitiendo su “ziippp.....ziippp” cada vez que sube y baja.
En las Baleares es sedentario en todas las islas a excepción de Formentera, dónde parece comportarse como migrante.
El Buitrón en Calvià
Ocupa la gran mayoría de las zonas herbáceas del municipio e incluso aquellas que presentan cultivos arbolados sin demasiada cobertura arbustiva.
No obstante, un recorrido idóneo para observar esta pequeña especie es el del Barranco de Santa Ponça, tanto desde Calvià como es Capdellà, especialmente en las zonas de cultivo herbáceo o arbóreo cercanas a ambas poblaciones.
Los campos de cultivo del principio del itinerario de la Península de Cala Figuera en El Toro tampoco deberían defraudarnos.
Las mejores épocas para observarlo
A pesar de ser una especie fundamentalmente sedentaria, durante el invierno pasa desapercibido con gran facilidad.
Es en los meses entre marzo y mayo cuando los machos se hacen más conspicuos con sus vuelos de defensa del territorio.
No obstante, entre agosto y septiembre los jóvenes que han volado del nido se hacen notar y las densidades son puntualmente impresionantes.
Debemos tener paciencia al acercarnos a ellos, pues a pesar de ser una especie relativamente confiada necesita de movimientos pausados por nuestra parte.
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