La belleza de este pequeño paseriforme, especialmente el plumaje nupcial de los machos, es incuestionable. Durante sus migraciones transaharianas, es el único momento en que podemos observarlos en las Islas Baleares, llenando de colorido casi todos los rincones de la isla subidos en perchas desde donde otear a los insectos que son sus presas preferidas.
Es un ave fácil de reconocer ya que su cola roja casi nos da su identificación correcta, pero al coincidir en nuestras islas durante algunos periodos con el colirrojo tizón (Phoenicurus ochruros) puede suponer un problema por las similitudes en su plumaje con el de las hembras y jóvenes del colirrojo real. A parte de un porte más estilizado, el
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La belleza de este pequeño paseriforme, especialmente el plumaje nupcial de los machos, es incuestionable. Durante sus migraciones transaharianas, es el único momento en que podemos observarlos en las Islas Baleares, llenando de colorido casi todos los rincones de la isla subidos en perchas desde donde otear a los insectos que son sus presas preferidas.
Es un ave fácil de reconocer ya que su cola roja casi nos da su identificación correcta, pero al coincidir en nuestras islas durante algunos periodos con el colirrojo tizón (Phoenicurus ochruros) puede suponer un problema por las similitudes en su plumaje con el de las hembras y jóvenes del colirrojo real. A parte de un porte más estilizado, el colirrojo real tiene el pecho de color crema claro y ligeramente rojizo, mientras que el colirrojo tizón lo tiene siempre de color gris suave o blanco muy sucio.
En Baleares es un migrante en todas las islas, siendo temporalmente muy abundante.
El colirrojo real en Calvià
En plena migración y especialmente en la migración postnupcial, puede resultar realmente abundante en todo el municipio y en casi todos los terrenos con arbolado disperso, incluyendo los claros entre bosques, que pueden ser un lugar perfecto para observarlos.
Uno de los recorridos donde hemos detectado más densidad de esta especie es el que atraviesa la finca pública de Galatzó por el camí de ses Sinies, si bien el paseo Peguera-Es Capdellá y el Barranc de Santa Ponça desde Calvià deberían darnos buenos resultados con esta especie.
Las mejores épocas para observarlo
Sin duda la migración postnupcial entre agosto y septiembre es el mejor momento para observarlo, aunque en octubre y noviembre todavía tendríamos buenas oportunidades. En otoño los movimientos migratorios son más lentos, pues las aves no tienen demasiada prisa en llegar a sus zonas de destino y en ocasiones pasan unos días entre nosotros, lo que permite una mayor probabilidad de observación.
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