El uso de venenos en los campos de Mallorca estuvo a punto de hacer desaparecer al milano real de esta isla y su población en 1999 llegó a estar bajo mínimos con tan solo 4 parejas reproductoras.
Desde entonces las labores de concienciación junto a un programa de recuperación, han hecho reflotar la población y aunque aún se encuentra en una situación crítica, hemos llegado a contar con hasta 23 parejas y algo más de 100 ejemplares entre adultos y juveniles.
Sin embargo, años como el 2010, han hecho rebrotar viejos fantasmas del veneno en nuestros campos, enseñando de nuevo a los investigadores e instituciones implicadas que no se puede bajar la guardia.
Esta especie,
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El uso de venenos en los campos de Mallorca estuvo a punto de hacer desaparecer al milano real de esta isla y su población en 1999 llegó a estar bajo mínimos con tan solo 4 parejas reproductoras.
Desde entonces las labores de concienciación junto a un programa de recuperación, han hecho reflotar la población y aunque aún se encuentra en una situación crítica, hemos llegado a contar con hasta 23 parejas y algo más de 100 ejemplares entre adultos y juveniles.
Sin embargo, años como el 2010, han hecho rebrotar viejos fantasmas del veneno en nuestros campos, enseñando de nuevo a los investigadores e instituciones implicadas que no se puede bajar la guardia.
Esta especie, como otros carroñeros y cazadores de roedores, son altamente necesarios en la pirámide ecológica y su desaparición sería un tremendo trastorno no sólo para los amantes de la naturaleza sino para la agricultura y la biodiversidad balear.
En Baleares es sedentario en Mallorca y Menorca, con unos pocos efectivos invernantes en Mallorca y migrante a través de todas las islas a excepción de Menorca.
El milano real en Calvià
La especie parece ocupar dentro del término municipal las áreas de pinares y cultivos arbolados cercanas a las poblaciones de Calvià y Es Capdellà, donde en los últimos años son detectados a menudo.
Los recorridos más idóneos de entre los propuestos son sin duda el del Barranco de Santa Ponça tanto desde Calvià como es Capdellà, aunque en migración podemos ver algunos ejemplares en el itinerario de la Península de Cala Figuera.
Las mejores épocas para observarlo
Esta presente durante gran parte del año en el municipio, pero si tuviéramos que recomendar unas fechas lo haríamos entre noviembre y abril, pues a los ejemplares que están casi constantemente por la zona se une algún invernante aumentando las posibilidades de observación.
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