Es una especie localmente muy abundante en algunas zonas de Baleares y especialmente en Mallorca, dónde muestra preferencia por los cultivos arbolados con manchas arbustivas dispersas, sin desdeñar otros sistemas arbolados con claros.
Los preciosos machos se posan en lo alto de árboles y arbustos para emitir su monótono trino y permiten observaciones impresionantes de este paseriforme del tamaño de un gorrión común.
En invierno muestra cierta tendencia a formar pequeños grupos y desplazarse a zonas de campos abiertos donde se alimenta en el suelo buscando semillas y algunos insectos.
En el Reino Unido ocupa una pequeña porción en el sur aunque parece que sufre cierta regresió
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Es una especie localmente muy abundante en algunas zonas de Baleares y especialmente en Mallorca, dónde muestra preferencia por los cultivos arbolados con manchas arbustivas dispersas, sin desdeñar otros sistemas arbolados con claros.
Los preciosos machos se posan en lo alto de árboles y arbustos para emitir su monótono trino y permiten observaciones impresionantes de este paseriforme del tamaño de un gorrión común.
En invierno muestra cierta tendencia a formar pequeños grupos y desplazarse a zonas de campos abiertos donde se alimenta en el suelo buscando semillas y algunos insectos.
En el Reino Unido ocupa una pequeña porción en el sur aunque parece que sufre cierta regresión en las últimas décadas.
En Baleares es sedentario en Mallorca y Eivissa, siendo considerado accidental en las otras dos islas mayores.
El escribano soteño en Calvià
Localmente abundante en el municipio, se distribuye de manera algo dispersa.
En el principio del itinerario de la finca de Galatzó hacia las casas se puede detectar con cierta frecuencia al igual que sucede en los cultivos arbolados del recorrido del barranco de Santa Ponça desde Calvià o desde Es Capdellà.
Otros itinerarios como el Passeig de Paguera-Es Capdellà también son ocupados si bien con diversa abundancia en función de la época del año.
Las mejores épocas para observarlo
Está presente todo el año y esto hace que no sea difícil su observación en ninguna fecha.
Sin embargo la primavera, sobre todo en mayo y junio, permite observaciones muy interesantes y placenteras, pues los machos defienden sus territorios desde lugares bien visibles permitiendo disfrutar de su bella librea.
Si decidimos intentarlo en invierno debemos mirar al suelo pues suele asociarse a bandos de pinzones y otros fringílidos para buscar comida entre los rastrojos.
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