Una de las especies de fringílido más conocidas,  es sin duda el jilguero.

Una coloración muy llamativa, junto a un precioso canto, lo han hecho históricamente una especie de jaula y aunque hoy en día sigue siendo todavía muy habitual ver estos pequeños paseriformes en cautividad, esta costumbre parece disminuir cada día más.

Es característico que los machos compitan con sus melodiosos trinos desde lo alto de un árbol. Los grupos invernales, a veces de varios cientos de ejemplares, parecen destellos de oro cuando alzan el vuelo todos al unísono y muestran las líneas amarillas de sus alas.

En Baleares es considerado como sedentario, migrante e invernante en todas las grandes islas.

El jilguero en Calvià

Es una especie bien distribuida por todo el municipio y que no debe ser un problema poder observarla.

Todos los recorridos seleccionados deberían darnos la oportunidad, en mayor o menor número, de detectarlos.

Quizás dos de los recorridos donde más abundante son el que trascurre entre las casas de Galatzó por el camí de ses Sinies y el tramo inicial del Barranco de Santa Ponça desde Calvià. No debemos desdeñar las oportunidades que brinda el otoño en los cereales del principio del itinerario de la Península de Cala Figuera.

Las mejores épocas para observarlos

Recomendamos dos periodos  diferentes, el primero de ellos transcurre entre abril y mayo, cuando la actividad canora de esta especie está en su máximo apogeo. Si queremos deleitarnos con sus trinos, este es el momento. Por otro lado, entre octubre y diciembre podremos observar los bandos invernales, que en ocasiones contienen varios cientos de ejemplares.