Es quizás uno de los limícolas más típicamente terrestres del Mediterráneo y a la vez de más curiosa morfología. Sus inmensos ojos amarillos, las patas largas con las “rodillas” abultadas y sus colores terrosos, la hacen pasar desapercibida en los terrenos cultivados de colores ocres donde habitualmente se mueve.
Es una especie crepuscular y nocturna, mucho más fácil de escuchar que de ver y que con sus gritos y cantos, llenan de sonido las noches de Calvià, especialmente durante la reproducción y en la dispersión juvenil. En Baleares es sedentario en las cuatro islas mayores, con una fracción pequeña de ejemplares migrantes e invernantes.
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Es quizás uno de los limícolas más típicamente terrestres del Mediterráneo y a la vez de más curiosa morfología. Sus inmensos ojos amarillos, las patas largas con las “rodillas” abultadas y sus colores terrosos, la hacen pasar desapercibida en los terrenos cultivados de colores ocres donde habitualmente se mueve.
Es una especie crepuscular y nocturna, mucho más fácil de escuchar que de ver y que con sus gritos y cantos, llenan de sonido las noches de Calvià, especialmente durante la reproducción y en la dispersión juvenil. En Baleares es sedentario en las cuatro islas mayores, con una fracción pequeña de ejemplares migrantes e invernantes.
El Alcaraván en Calvià
Disperso por los campos de cultivo, tanto arbolados como herbáceos, de todo el municipio, su detección es complicada salvo por los cantos nocturnos. Fuera de la época de cría se agrupa en pequeños bandos fáciles de detectar, sobretodo justo después de anochecer y en los instantes anteriores al amanecer, en zonas como los alrededores del Puig de sa Morisca o en los tramos de mosaicos agropecuarios del recorrido del Barranc de Santa Ponça desde Calvià y desde es Capdellà.
Las mejores épocas para observarlo
Es una especie de difícil observación directa debido principalmente a sus comportamientos nocturnos. Las agrupaciones invernales son fáciles de detectar por su canto, especialmente en las noches entre agosto y octubre, momento de dispersión de los jóvenes, mientras que entre abril y mayo las parejas están consolidándose y emiten continuos reclamos, incluso de día. En esta época la actividad en las horas de luz también aumenta notablemente. La paciencia en la búsqueda de ejemplares mimetizados en las zonas de cultivo, es el mejor arma para descubrir a esta especie que prefiere pasar desapercibida pegándose al suelo y caminando que alzando el vuelo, especialmente en las horas de luz.
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