Es sin duda una especie muy conocida, incluso en las grandes ciudades, pues es un vecino común en la primavera y el verano.
Quizás no se conoce tanto la capacidad voladora de esta especie de ágiles quiebros y velocidad increíble, que no se posa nunca salvo durante la época de reproducción. Duerme, come y se aparea en el aire, e incluso los jóvenes que hasta el segundo año de vida no crían, permanecen el primer año y medio constantemente volando.
Son conocidas las llamadas “fugas de tempero” que se producen en esta especie cuando se acercan grandes tormentas. Estas huidas que a veces les llevan a grandes distancias para evitar las lluvias copiosas, se producen para que su
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Es sin duda una especie muy conocida, incluso en las grandes ciudades, pues es un vecino común en la primavera y el verano.
Quizás no se conoce tanto la capacidad voladora de esta especie de ágiles quiebros y velocidad increíble, que no se posa nunca salvo durante la época de reproducción. Duerme, come y se aparea en el aire, e incluso los jóvenes que hasta el segundo año de vida no crían, permanecen el primer año y medio constantemente volando.
Son conocidas las llamadas “fugas de tempero” que se producen en esta especie cuando se acercan grandes tormentas. Estas huidas que a veces les llevan a grandes distancias para evitar las lluvias copiosas, se producen para que su plumaje no se empape y caigan al suelo por el peso, ya que desde tierra llana no pueden alzar de nuevo el vuelo pues tienen la articulación tibio tarsal dentro del abdomen, lo que les impide coger el impulso necesario.
En Baleares es estival y migrante en todas las islas mayores.
El vencejo común en Calvià
Abundante en casi todos los núcleos urbanos, se desplaza también para alimentarse o durante la migración por gran parte del municipio, especialmente a campos de cultivos arbolados o de cereal.
Núcleos como Santa Ponça, Calvià o Es Capdellà mantienen poblaciones elevadas, pero en recorridos como el de Cap Andritxol o Cala Fornell podemos observar a algunas parejas que nidifican en los acantilados marinos.
El Puig de Na Morisca o la finca de Galatzó desde la entrada hasta las casas, ofrecen buenas posibilidades de observarlos durante la alimentación.
Las mejores épocas para observarlo
Desde abril hasta bien entrado octubre los vencejos comunes son abundantes en Calvià por lo que no deberíamos tener mayor problema para detectarlos.
Sin embargo entre abril, mayo y junio, si miramos al cielo, podemos disfrutar de sus increíbles persecuciones a gran velocidad en grupos compactos y llenos de gritos y giros inverosímiles.
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